Separarse implica tomar una decisión importante, y lo que marcará la diferencia estará en cómo enfrentes este proceso. Asumir tu parte de responsabilidad en la separación, no solo es dar un paso hacia la paz, sino que también es mostrar un profundo respeto hacia ti y hacia tus hijos.
Cuando tú y tu expareja os comprometéis a gestionar la ruptura desde la colaboración y el respeto mutuo, el impacto emocional se reduce y la vida familiar tras la separación puede reorganizarse de forma equilibrada y positiva.
La responsabilidad compartida es el primer paso hacia la separación sin conflictos, donde el bienestar de tus hijos, el tuyo y el de tu expareja son la prioridad.
Para poder avanzar hacia una separación más constructiva, es crucial comprender qué significa realmente asumir la responsabilidad compartida y cómo puede transformar tu proceso de separación.
Veamos en detalle en qué consiste y por qué es tan importante en la separación.
¿Qué es la responsabilidad compartida en la separación?
La responsabilidad compartida va mucho más allá de reconocer el fin de tu relación. Es un acto de conciencia que implica asumir el papel que has jugado en la evolución de esa relación.
No se trata de culpar al otro ni de juzgarlo por lo que hizo o dejó de hacer, sino de mirar hacia adentro, entender tus propias acciones (o inacciones) y cómo estás han influido para llegar a la situación actual.
Llegado el momento de tomar caminos distintos como pareja, cada uno de vosotros tiene el 50% de responsabilidad en el deterioro de la relación.
Aceptar esta realidad te permitirá dejar de lado la búsqueda de culpables y centrarte en lo que puedes hacer para mejorar, sanar y evitar el sufrimiento innecesario de tus hijos.
El impacto de tus decisiones en la separación
Ahora que estás en plena separación o a punto de ella, es necesario que recuerdes que cada acción y decisión que tomes tendrá un impacto directo en la dinámica del proceso y, especialmente, en el bienestar de tus hijos.
En la mayoría de los casos, no somos conscientes de cómo nuestras decisiones, ya sea durante la relación o en el proceso de ruptura, pueden afectar tanto a nuestra expareja como a la estabilidad emocional de nuestros hijos.
Pero es fundamental que entiendas que lo que eliges hacer, decir o incluso callar, va a influir en el curso de tu separación.
Tomemos como ejemplo una situación bastante común: las discusiones delante de los hijos.
Aunque pueda parecer un desahogo momentáneo, el impacto emocional en los niños es devastador. Estas escenas les generan estrés, inseguridad y sentimiento de culpa, pudiendo llegar a pensar que ellos son responsables de los conflictos entre sus padres.
Es por ello por lo que tomar decisiones con responsabilidad durante la separación implica reflexión, pensar más allá de nuestros propios deseos o emociones, y tener en cuenta cómo nuestras acciones impactarán a largo plazo en nuestras relaciones familiares.
Esto no significa que debas reprimir lo que sientes, sino que debes ser consciente de cómo gestionar esos sentimientos para evitar dañar tu entorno familiar.
Por qué es importante que asumas tu 50% de responsabilidad
Asumir tu 50% de responsabilidad en la ruptura es fundamental para evitar caer en dinámicas de victimismo o de proyección de la culpa hacia tu expareja, lo que solo genera más conflicto y dolor.
Además, aceptar tu parte de responsabilidad también es una forma de tomar el control de tu situación, y dejar de estar a merced de las circunstancias y de las acciones de tu expareja.
Para simplificar, es una forma de recuperar tu autonomía emocional y poner el foco en la nueva vida que vas a construir tras la separación en vez recrearte en lo que dejas atrás.
¿Qué beneficios conlleva aceptar tu parte de responsabilidad?
• Mejorar la comunicación con tu expareja,
• reducir el riesgo de tensiones innecesarias y, lo más importante,
• proteger el bienestar emocional de tus hijos
Aunque también es una forma de actuar desde el respeto hacia ti misma, hacia tu expareja y hacia la nueva etapa familiar que estás construyendo.
3 razones por las que la responsabilidad compartida es clave en la separación pacífica
Como estás viendo, la responsabilidad compartida es un pilar crucial para lograr la separación pacífica, ya que cuando ambos reconocéis y asumís vuestra parte en el proceso, el enfoque pasa del conflicto a la colaboración.
Esto permite una mejor comunicación entre vosotros como padres, protege el bienestar de vuestros hijos y fomenta una crianza compartida que funciona.
Mejora la comunicación entre los padres
Cuando tú y tu expareja asumís vuestra parte de responsabilidad en la separación, se abre la puerta a una comunicación más clara y asertiva.
Al aceptar que cada uno ha jugado un rol en el deterioro de la relación, es más fácil dejar de lado el resentimiento y centrarse en lo que realmente importa: el bienestar de los hijos y la reorganización familiar.
La comunicación respetuosa es clave para poder resolver los problemas de manera tranquila y encontrar acuerdos con tu expareja que os beneficien a todos.
También, es fundamental que recuerdes que tus hijos son muy sensibles a los conflictos entre sus padres, y mejorar la comunicación reducirá tensiones, y les brindará un ejemplo de cómo manejar situaciones difíciles de manera madura y respetuosa.
Resumiendo, una buena comunicación entre tú y tu expareja tras la separación facilitará la planificación de la vida familiar de los niños, evitará malentendidos y potenciará una convivencia tranquila, aunque sea en hogares separados.
Protege el bienestar emocional de tus hijos
El bienestar emocional de tus hijos es uno de los aspectos más vulnerables durante la separación, y es aquí donde la responsabilidad compartida juega un papel crucial.
Cuando tú y el padre de tus hijos asumís vuestra responsabilidad y comenzáis a trabajar juntos, estáis poniendo el bienestar de tus hijos como prioridad.
Y ellos, al percibir que sus padres colaboran y se comunican de manera respetuosa, se sienten más seguros, tranquilos y protegidos.
La separación en sí misma ya es un cambio profundo para tus hijos, pero el impacto negativo puede reducirse si vosotros como padres sois conscientes de cómo vuestras decisiones afectan a los niños.
Esto es clave para que puedas ofrecerles un ambiente estable dentro de la nueva estructura familiar.
Y como resultado, al colaborar en decisiones importantes, como el plan de parentalidad o el tiempo que pasarán con cada uno de vosotros, tus hijos se benefician de un entorno más predecible y amoroso, lo que les permitirá adaptarse más rápido y con más seguridad a su nueva realidad.
Fomenta una crianza en equipo
Ahora sois un equipo parental con un solo objetivo común: ver, crecer a vuestros hijos y educarles para que sean adultos felices, cumpliendo cada uno con su rol y función.
Asumir la responsabilidad compartida es fundamental para que esto ocurra.
Al aceptar que ambos tenéis un rol con el mismo peso en la vida de vuestros hijos, se crea una dinámica de respeto y cooperación en la que todos los miembros de la familia salís ganando.
Por lo tanto, esta crianza en equipo implica que las decisiones importantes sobre la educación, el tiempo compartido y el bienestar de los hijos las toméis de manera conjunta (tu expareja y tú), respetando siempre las necesidades de tus niños.
Ten muy presente que una crianza compartida saludable también incluye la flexibilidad, es decir, entender que la vida de cada uno de vosotros puede cambiar, en un momento dado os podéis necesitar mutuamente como padres y tendréis que estar dispuestos a hacer ajustes y hasta ciertas concesiones.
La colaboración protege a tus hijos del conflicto y refuerza la idea de que a pesar de la separación de sus padres tiene una familia; percepción que les dará seguridad, estabilidad emocional y sentido de pertenencia.
Y estarán interiorizando un modelo positivo de ejercer la paternidad o maternidad.
Cómo asumir la responsabilidad en la separación
Asumir la responsabilidad en la separación llega después de un proceso de autorreflexión y acción consciente.
Se trata de revisar los propios errores y observar si es preciso cambiar la manera de gestionar las emociones y cómo interactuamos con la expareja.
Este enfoque proactivo te permitirá gestionar el proceso de tu ruptura desde una perspectiva más responsable y equilibrada.
Te muestro algunos pasos clave que te ayudarán a asumir tu parte de responsabilidad en la separación de manera constructiva: reflexionar sobre tu actitud, tomar conciencia de cómo gestionas tus emociones y observar tu modo de comunicar.
H3: Reflexionar sobre tu actitud en la relación
Reflexionar sobre tu actitud en la relación es el primer paso para asumir tu responsabilidad en vuestra separación.
No se trata de castigarte por lo que hiciste o no hiciste (lo hecho por mucho que grites o te flageles jamás lo podrás modificar y solo te llevará a sentir culpa), sino de mirar hacia dentro con honestidad y averiguar cómo contribuiste a la dinámica que llevó al deterioro de la relación.
Como dice la doctora Marian Rojas “comprender es aliviar”
Así que pregúntate:
– ¿Cómo actuaba cuando surgían problemas?
– ¿Cómo reaccionaba ante los conflictos?
– ¿Me comunicaba de forma efectiva o dejaba que las emociones me controlaran?
La clave está en la autoconciencia, en identificar esas dinámicas que repetimos una y otra vez sin darnos cuenta. Al hacer esta reflexión, te das la oportunidad de cambiar y mejorar.
Recuerda que esta mirada hacia adentro es para entenderte mejor, sanar y, sobre todo, evitar que esos mismos errores se repitan en el futuro. Es un acto de amor propio y de responsabilidad hacia ti y hacia los demás.
Tomar conciencia de como gestionas tus emociones
Saber gestionar tus emociones es primordial para comunicarte comprendiendo al otro.
Expresar tus emociones con claridad, sin atacar ni culpar, es una habilidad que protege el bienestar de tus hijos, y también mejora la relación con tu expareja.
Pero, primero, has de conocer tu estado emocional porque de otra forma será imposible.
Así que antes de hablar observa en qué estado emocional te encuentras, ya que si te encuentras cargada de emociones negativas la comunicación entre vosotros será imposible al estar en posición de defensa y ataque. En esta situación tu mayor enemigo que es tu mente tendrá el control y es muy posible que después te arrepientas de tus palabras y acciones.
Cuando esto ocurre oímos para responder, no escuchamos para comprender. Estarás de acuerdo conmigo que desde aquí poco vais a poder solucionar, ¿cierto?
Una vez que la intensidad emocional haya bajado estarás en posición de escuchar al otro.
Recuerda: primero gestiono mis emociones, luego hablo.
Observar tu modo de comunicar
Una vez que tengas el control sobre tus emociones es el momento de sentaros a dialogar.
Sé honesta y mira si necesita mejorar tu habilidades de comunicación. Te dejo 3 preguntas claves para evaluar si necesitas mejorar tus habilidades de comunicación con tu expareja:
1. ¿Siento que nuestras conversaciones a menudo terminan en malentendidos o conflictos, incluso cuando no eran el objetivo?
Esta pregunta te ayudará a identificar si la forma en que te comunicas está contribuyendo a la claridad o generando tensiones.
2. ¿Soy capaz de expresar mis emociones y necesidades de manera clara y asertiva sin sentirme frustrado o incomprendido?
Reflexionar sobre esto te permitirá ver si te falta asertividad o si necesitas mejorar la forma en que expresas tus emociones y deseos.
3. ¿Escucho realmente lo que mi expareja tiene que decir, o me encuentro a menudo interrumpiéndola o preparándome para responder?
Esto te ayudará a analizar si tienes dificultades en la escucha activa, una habilidad clave para una comunicación efectiva.
Responder a estas preguntas te dará una idea de si hay áreas que requieren mejora en tu comunicación interpersonal con tu expareja.
Aprender a comunicar con asertividad te permitirá resolver los desacuerdos de una manera más tranquila y constructiva.
Si descubres que necesitas ayuda y la decisión de la ruptura es inminente y hay que reorganizar la vida familiar en papel, mi sugerencia es que valores la opción de contar con la ayuda de un terapeuta social familiar. Esta especialidad profesional siempre va a poner el foco en el bienestar de tus hijos.
Y, además, te va a ayudar a gestionar tus emociones, construir una mentalidad para hacer frente a la realidad de la separación y dotar de herramientas de comunicación e incluso actuará como mediador en la creación del nuevo plan parental para vuestro convenio regulador.
Beneficios de ser consciente de nuestra parte de responsabilidad
Tomar conciencia de tu responsabilidad en la separación te ayuda a avanzar de forma más consciente en la nueva etapa vital que te espera una vez sea efectiva la ruptura y tiene un impacto positivo directo en la dinámica familiar y personal tras separación.
Ya que, al reconocer tu parte en el proceso de ruptura, se generan beneficios que facilitan tanto la comunicación como la gestión emocional de la ruptura.
A continuación, te muestro por qué minimiza el conflicto, mejora la reorganización familiar y favorece el crecimiento personal.
Minimiza el conflicto y tensiones entre los padres
Cuando asumes tu parte de responsabilidad en la separación, la dinámica cambia de manera radical.
Automáticamente dejas de centrarte en lo que hizo mal la otra persona y comienzas a enfocarte en lo que puedes hacer tú para mejorar la situación.
También rompes con la creencia “en la ruptura siempre hay un culpable e inocente” Cómo te he mostrado en toda nuestra conversación cuando el fin de la relación llega a su fin cada uno de vosotros tenéis un 50% de responsabilidad en dicho fin (un poquito más abajo profundizo en esta creencia).
Este cambio de perspectiva es clave para reducir los conflictos y las tensiones entre vosotros, ya que abre la puerta a un diálogo más sereno y constructivo.
Desde aquí seréis capaces de poner el foco en encontrar soluciones que beneficien a todos, especialmente a tus hijos, en vez de estar buscando al culpable, simplemente porque nadie lo es, en todo caso habéis cometido errores a evitar en próximas relaciones amorosas.
La responsabilidad compartida invita a actuar desde la calma y desde la habilidad de ser capaz de ponerte en el lugar del otro, dos elementos esenciales para manejar los desacuerdos sin que se conviertan en guerras emocionales que solo causan sufrimiento.
Mejora la reorganización familiar post-separación
La organización familiar tras la separación puede ser un gran reto, en cambio, asumir tu parte de responsabilidad te ayuda a afrontarlo de una manera más práctica.
Cuando tú y tu expareja colaboráis y reconocéis vuestro papel en la nueva dinámica familiar, podréis establecer acuerdos más claros y equilibrados sobre el tiempo de tus hijos, las responsabilidades y la logística diaria.
Esto facilitará vuestro día a día y proporcionará a tus hijos una sensación de estabilidad y seguridad en un momento de cambio.
La responsabilidad compartida se traduce en una coordinación más fluida, práctica y realista, donde cada uno sabe qué se espera de él y cómo puede contribuir al bienestar de la familia.
Favorece el crecimiento personal
Asumir tu 50% de responsabilidad en la separación mejora la relación con tu expareja, y también te regala una oportunidad de crecimiento personal. Al reflexionar sobre tus acciones y emociones, te conoces mejor y descubres áreas de mejora que quizás habías pasado por alto y ante crisis futuras tendrás herramientas para enfrentar la situación de la mejor manera posible.
Muchas veces olvidamos que la ruptura de pareja con hijos en realidad es una doble crisis, por un lado, personal, y por otro, una crisis familiar. Una doble crisis que saca a la superficie nuestra vulnerabilidad y también nuestras carencias.
Estamos tan acostumbrados a mirar lo negativo de todo lo que nos ocurre que obviamos lo positivo que nos trae.
Se que para ti en estos momentos la separación es lo peor que te puede suceder, pero todo ocurre por algo. Te animo a mirar este lado positivo de crecimiento personal que trae la ruptura consigo, aunque ahora mismo soy consciente que para ti tu dolor inunda todo tu ser y mis palabras suene a utopía.
Aquí solo te puedo decir, confía.
¿Sabías que hay una creencia que te puede impedir asumir tu parte de responsabilidad en tu ruptura?
Las personas pensamos y tenemos la convicción de que en una ruptura siempre hay un culpable y un inocente.
Esta idea tan arraigada en nuestra sociedad es un obstáculo a la hora de asumir nuestra responsabilidad, ya que uno de los padres se victimiza (exento de asumir su 50% de responsabilidad en la ruptura) mientras el otro es percibido como el causante de todos los problemas y ha de asumir el 100% de la responsabilidad.
Aunque la realidad es que, en la mayoría de los casos, ambos padres han contribuido, en mayor o menor medida, al deterioro de la relación.
Esta creencia de que en una ruptura hay un culpable y un inocente suele tener raíces profundas en cómo en nuestra cultura entendemos las relaciones y los conflictos.
Además, está vinculada con la idea de justicia o de encontrar un responsable para aliviar el dolor, lo cual es natural ante situaciones de pérdida emocional.
Pero en realidad, las relaciones de pareja son dinámicas complejas donde ambas personas influyen mutuamente en su evolución, ya sea para bien o para mal.
Veamos cómo la creencia del culpable y el inocente ha sido alimentada a través de la historia por varios factores:
1. Modelos tradicionales de matrimonio: En el pasado, el matrimonio era considerado casi inviolable y su ruptura se veía como un fracaso o traición.
Esto reforzaba la idea de que, si ocurría la separación, alguien debía haber fallado.
2. Medios de comunicación: Las representaciones de las rupturas en el cine y la televisión a menudo muestran a uno de los miembros de la pareja como el “malo” (infiel, desatento, etc.), mientras que el otro es víctima de esas acciones.
3. Normas sociales y religiosas: Muchas religiones y normas sociales antiguas plantean que la ruptura de una relación matrimonial es un pecado o una falta moral. Este enfoque puede inducir a pensar en términos de “culpa”.
4.Sistema judicial obsoleto en asuntos de familia que refuerza la creencia del bueno y del malo y discrimina. Echa un vistazo al artículo cómo afecta el divorcio a un hombre: discriminación social y obstáculos judiciales.
Y por qué a los padres les cuesta asumir su responsabilidad:
1. Dolor emocional: La separación es un proceso doloroso, y culpar al otro puede ser una forma de defenderse del sufrimiento y evitar el dolor porque como yo no hecho nada no tengo que asumir tampoco nada.
2. Falta de conciencia: Muchos no son conscientes de cómo sus comportamientos y actitudes contribuyeron a la ruptura.
3. Miedo a la culpa: Reconocer la responsabilidad puede ser visto como una admisión de fracaso personal, lo cual es difícil de aceptar.
4. Temor a la crítica por parte de personas cercanas al entorno tanto familiar como
relacional y ser juzgado como persona.
Cómo cambiar esta creencia:
Es fundamental cambiar esta perspectiva para evitar más sufrimiento durante el proceso de separación. Aquí te dejo algunos pasos para cambiarla:
1. Aceptar la corresponsabilidad: En la mayoría de las relaciones, el deterioro es el resultado de una serie de factores que involucran a ambos padres. No se trata de señalar quién hizo qué, sino de entender que las relaciones son procesos bidireccionales. Ambos habéis contribuido de alguna forma a que la relación llegue a su fin.
2. Desafiar la narrativa del culpable y la víctima: En lugar de buscar culpables, hay que buscar qué se puede aprender de la relación para mejorar en el futuro:
¿Qué situaciones podrían haberse manejado mejor por ambos? ¿Qué desafíos no se afrontaron en equipo?
3. Fomentar la autocompasión y el perdón: En el proceso de asumir la responsabilidad, es clave practicar el perdón hacia uno mismo y hacia la otra persona. Reconocer la humanidad en ambos participantes permite soltar la necesidad de culpar y encontrar paz.
4. Terapia individual: Muchas veces las creencias arraigadas pueden ser difíciles de cambiar por cuenta propia.
Un terapeuta social familiar puede ayudarte a desarrollar una comprensión más equilibrada de tu responsabilidad en la relación, y evitar así el ciclo de culpa.
Recomendaciones para aplicar la responsabilidad compartida en la separación
Aplicar la responsabilidad compartida en tu separación requiere más que buena voluntad.
Requiere adoptar acciones concretas que faciliten la colaboración y el respeto mutuo entre tú y tu expareja.
A continuación, te comparto algunos consejos para gestionar este proceso de forma más equilibrada: desde definir roles y responsabilidades claras, hasta cultivar la capacidad de ponerse en el lugar del otro y buscar apoyo profesional cuando sea necesario.
Estas estrategias te ayudarán a transitar tu separación de manera más ordenada y constructiva, siempre priorizando el bienestar de tus hijos y la construcción de una nueva dinámica familiar saludable.
Definir roles y responsabilidades claras
Lo primero que conviene hacer para evitar malentendidos en la nueva organización familiar es definir roles y responsabilidades.
Tras la separación, cada uno de vosotros deberéis tener muy claro cuáles son vuestros deberes y compromisos respecto a la crianza de tus hijos.
Esto implica organizar aspectos como los horarios de visitas, la gestión de actividades escolares y extraescolares, y los cuidados del día a día.
Hablar de forma clara sobre las responsabilidades de cada uno y establecer acuerdos por escrito puede ser una buena manera de aseguraros de que ambos estéis alineados.
Esta claridad reducirá la posibilidad de fricciones y dará a tus hijos una rutina estable y predecible, lo cual es esencial para su bienestar emocional.
Pero recuerda que definir estos roles es un acto de colaboración y no de imposición, donde el objetivo común debe ser siempre el bienestar de los hijos.
Practicar en ponerte en el lugar del otro y el respeto mutuo
La empatía y el respeto mutuo son pilares esenciales en cualquier separación pacífica.
Practicar la empatía significa ponerse en el lugar del otro, entender sus emociones y preocupaciones, y actuar con sensibilidad ante sus necesidades.
No se trata de estar siempre de acuerdo, sino de reconocer que ambos estáis pasando por un momento complicado y merecéis ser tratados con dignidad y comprensión. Recuerda poner en práctica el lema de la separación.
El respeto mutuo implica manejar las diferencias sin descalificaciones ni confrontaciones, y aceptar que la otra persona también está haciendo su mejor esfuerzo.
En consecuencia, cuando los niños ven que sus padres se tratan con respeto, incluso en momentos difíciles, aprenden una lección valiosa sobre cómo gestionar los conflictos de manera positiva.
Buscar apoyo profesional para una transición familiar positiva para toda la familia.
Buscar apoyo profesional durante la separación puede marcar una gran diferencia en cómo gestionar este proceso.
Un terapeuta social familiar te puede ayudar a afrontar y gestionar tus emociones y a comprender por qué el otro actúa como actúa; muchas veces los padres nos quedamos atrapados en el “por qué” que además de dificultar elaborar la pérdida de la relación y la vida que se queda atrás impide ser consciente de que nosotros también somos responsables del deterioro de la relación.
El terapeuta social familiar te ofrecerá un espacio seguro para que tú y tu expareja podáis expresar vuestras preocupaciones, resolver diferencias y trabajar juntos en la construcción de un plan parental que beneficie a tus hijos.
Además, contar con apoyo profesional brinda herramientas valiosas para manejar el estrés y las emociones, evitando que los conflictos escalen y tus hijos se vean involucrados sin darte ni cuenta.
Así que recuerda que pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de valentía y compromiso con el bienestar de tu familia.
Y es que contar con un apoyo externo te va a ayudar a que tú, y tus hijos realicéis la transición de modelo familiar de manera consciente, calmada y ordenada hacia vuestra nueva vida familiar post-separación.
En definitiva
Lo que de verdad importa es cómo decidas afrontar tu parte de responsabilidad en la separación.
No se trata de buscar culpables ni de perpetuar el conflicto, sino de mirar hacia adelante con honestidad y serenidad.
La responsabilidad compartida es clave para lograr un entorno en el que tus hijos puedan crecer sanos emocionalmente, sin ser víctimas de vuestras diferencias como padres.
Cuando asumes tu 50% te estás permitiendo avanzar, crecer y sanar.
La separación o divorcio no tiene que ser una batalla, puede ser el inicio de una nueva etapa en la que, como padres, seguís siendo un equipo, comprometidos con el bienestar de vuestros hijos y con vuestro propio desarrollo personal. Y por qué no, encontrar vuestra felicidad.
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