Madres separadas: vulnerabilidad, desprotección y discriminación social

Consecuencias negativas de la separación o divorcio mal gestionado

Como madre separada, ¿te sientes o te has sentido alguna vez desprotegida y vulnerable?

Existen algunas lagunas jurídicas, que en la práctica y sobre todo si el padre incumple con su responsabilidad hacia los hijos, impide a la madre desarrollarse en igualdad en su nuevo proyecto de vida.

La ley ante esta situación es miope.

Y en la otra cara de la moneda están los padres.

¿Has tenido la oportunidad de leer el artículo sobre los obstáculos judiciales que impiden a muchos padres ejercer su función tras la separación? Haz clic aquí si quieres saber de qué hablo.

Todo esto ocurre porque aún vivimos la separación desde un imaginario social muy alejado de la realidad de nuestra sociedad actual y del sistema judicial en materia de familia.

Y sin duda, esto provoca: vulnerabilidad, desprotección y discriminación.

Sigue leyendo porque en este artículo voy a desmontar algunas creencias arraigadas y perjudiciales para ti y para tus hijos, que hay acerca de la separación y que nos hacen sentir que somos peores madres o menos familia que las familias tradicionales por el hecho de vivir bajo techos distintos y construir un modelo familiar distinto al tradicional y aceptado por la sociedad. 

También hablo de por qué el sistema judicial muchas veces nos deriva, sin ser consciente (o eso quiero pensar), a sentirnos madres de segunda y nos complica la vida en vez de ayudarnos a seguir adelante y protegernos.

Para empezar, vamos a hacer la siguiente reflexión:

¿Qué está ocasionando la desprotección, vulnerabilidad y discriminación en las madres cuando llega la separación?

En mi opinión como terapeuta social en contextos judiciales acompañando a padres en proceso de separación o divorcio desde 2011, existen 4 causas:

1. El imaginario social negativo (me refiero a las creencias arraigadas que rodean a la separación y que están aceptadas por la sociedad como una verdad absoluta).

2. La falta de preparación de los padres para asumir el nuevo reto familiar como padres al poner fin a su relación de pareja.

3. Un sistema judicial obsoleto, más centrado en crear formas jurídicas que en solucionar la vida de las familias.

4. La realización del convenio regulador por parte de abogados, ya que estos no son expertos en crisis ni personal ni familiar ni en necesidades de la infancia.

Y tampoco está en su cometido conocer las circunstancias sociofamiliares de ambos padres para poder reorganizar la familia y evitar así perjuicio y vulnerabilidad a padres e hijos.

La realidad es que, aunque es habitual delegar algunas decisiones en el abogado por desconocimiento o comodidad, una vez que se entra en este juego sube la escala de agresividad de ambas partes, y la lucha de poder y la desconfianza entre padres aparecen dificultando el acuerdo.

Ten en cuenta de que hay abogados que en sus primeras consultas de asesoramiento hacen el enfoque desde el peor escenario posible en caso de desacuerdo generando miedo y presión.

Esto da lugar a que muchos padres cedan a un mal acuerdo con tal de evitar un proceso de separación contencioso ante la presión del otro abogado.

Como supones, el resultado solo puede ser el que vemos: vulnerabilidad, desprotección y discriminación en toda la unidad familiar y un acuerdo incoherente a la realidad familiar. 

Pero hablemos un poco más a fondo sobre estas 4 causas que dan lugar a esta vulnerabilidad y desprotección que quizás estés sintiendo.

 El imaginario social negativo

Ya sea por resistencia al cambio, por falta de información para transitar la ruptura de manera positiva y responsable, o por miedo a un nuevo y desconocido modelo de familia, estas frases puede que te suenen familiares:

“No te paso más dinero porque te lo gastas en ti y los niños no necesitan
tanto”

“Mi ex va a su aire, y no me escucha”

“me resignaré a lo que viene que es que se rompa la familia”

“Cada uno en su tiempo hace lo que quiere”

“Los hijos no superarán la separación, les marca para siempre”

“Pobres niños lo que van a sufrir”

“Es imposible llevarse bien con mi ex”

“Me he separado, entonces he fracasado”

“Me da miedo firmar el acuerdo que propone mi ex”

“14 años juntos y ahora actuamos como desconocidos”

Estos pensamientos vienen del imaginario social que hemos heredado en el que solo vemos un modelo de familia válido y correcto: el tradicional.

Y llevar a cabo un proceso de divorcio con la sensación de fracaso a las espaldas es injusto y además no es cierto.

¿Es un fracaso elegir qué quieres una vida diferente a la que tienes?

Quizás el fracaso sea vivir encerrada en una relación que no te hace feliz, ¿no crees?

La separación supone asimilar muchas pérdidas ademas de la pérdida de pareja: pérdida del modelo de familia, proyecto de vida en común, rutinas y hábitos cotidianos, relaciones familiares que sentías como parte de tu propia familia, amistades que por desconocer cómo deben actuar se apartan de tu vida…

Sin embargo, estas pérdidas no tienen por qué ser un fracaso, sino todo lo contrario.

Otra creencia dañina es pensar que los hijos de padres separados viven en familias desestructuradas y por ello estos niños van a tener problemas de todo tipo a lo largo de su infancia y juventud.

Es cierto que cuando hay una separación conflictiva y con luchas de poder, los hijos pasan a un segundo plano y así sus necesidades emocionales no pueden ser atendidas.

Desde ahí es natural que los niños adopten actitudes desafiantes y hasta hostiles hacia uno de los padres, bajen su rendimiento académico o incluso busquen malas compañías, abusen del alcohol o sustancias perjudiciales.

Pero esto mismo puede ocurrir también en familias donde los padres viven juntos y aun así no atienden las necesidades emocionales de sus hijos como deberían.

Ya es hora de que nos cuestionemos todo aquello que vivimos como «la verdad » y «lo normal» para abrir la mente y dejar de juzgar lo que es diferente.

 La falta de preparación de los padres para asumir el nuevo reto familiar

La falta de preparación de los padres para enfrentarse al nuevo desafío familiar tras el divorcio aboca a los padres a no resolver todas las cuestiones que conlleva el seguir siendo padres y familia de sus hijos tras la ruptura de pareja.

Y como es natural, esto tiene repercusiones en la dinámica familiar y, especialmente, en el bienestar de los hijos.

Cuando una pareja decide separarse, es fundamental que ambos reconozcan la necesidad de adaptarse a esta nueva realidad y asumir responsabilidades compartidas.

Por ello, uno de los aspectos más desafiantes es la comunicación. Esta falta de preparación a menudo se manifiesta en la dificultad para establecer canales de comunicación abiertos y respetuosos entre los padres.

La falta de preparación también se refleja en la falta de acuerdos sobre aspectos prácticos, como la distribución del tiempo con los hijos, las responsabilidades financieras y las decisiones importantes relacionadas con su educación y bienestar.

Por el contrario, una planificación adecuada te ayudará a:

• Proteger el bienestar de tus hijos.

• Velar por su equilibrio emocional, económico, social y familiar tras la separación cómo pareja sentimental.

• Dar continuidad a la familia de tus hijos para que sientan que ellos también pertenecen a una familia, igual que sus amigos.

Cuando integramos que nuestros hijos no nos necesitan juntos en pareja, sino que necesitan una estabilidad y una organización familiar que les permita desarrollarse y crecer felices, la carga de culpa por la separación se libera automáticamente y tu vida empieza de nuevo a fluir.

Un sistema judicial obsoleto en materia de familia

Y ahora vamos con otra piedra en el camino de la separación y esta es la rigidez y la poca atención a la realidad de las familias que muestran los jueces a la hora de establecer los tipos de guarda y custodia.

La tendencia actual de los tribunales de familia es establecer la custodia compartida por defecto, e incluso cuando es obvio que no es viable para la familia, basándose únicamente en la igualdad entre el padre y la madre.

Por eso es tan importante un buen acuerdo parental en el convenio regulador, cuya función es establecer las bases de la reorganización familiar presente y futura.

Y lo que es más importante, serán unas bases que hayáis elegido vosotros porque sois los que de verdad conocéis cuál es la mejor organización para que vuestra familia funcione con armonía y sea funcional.

Un juez no puede proporcionaros esta flexibilidad y libertad en la tomas de decisiones tras el divorcio.

La vida tiene su propia realidad y circunstancias y para ponéroslo fácil, un buen acuerdo de separación ha de recoger vuestra situación ante todos los cambios que tenéis por delante, evitando así posibles conflictos y, sobre todo, tener que recurrir a un juez para que decida por vosotros.

Cada vez son más los padres separados que deciden tomar la riendas de su vida y reorganizar sus nuevas rutinas y funciones, así como la distribución de responsabilidad como padres.

Es decir, crean un modelo familiar que se adapta a su familia en lugar de tener que ser esta la que se ajuste a los modelos rígidos que plantea el sistema legal.

Y como es lógico, las probabilidades de que se cumplan estas medidas son muchos más altas que cuando las medidas son impuestas.

Y ¿qué ocurre cuando hay incumplimiento?

Aquí aparecen de nuevo la vulneración de derechos, desprotección infantil, judicialización familiar y problemas de salud emocional y mental tanto en padres como en hijos.

 La realización de los acuerdos del convenio regulador por parte de abogados

La función del convenio regulador es establecer el orden y una nueva estructura sobre la que se sustentará vuestra familia (en caso de que las cosas se pongan feas sin posibilidad de entendimiento y así tengáis vuestros derechos como padres protegidos).

Pero el acuerdo que recoge el convenio regulador no está escrito en piedra ni ha de ser de ninguna manera en concreto, por mucho que lo griten los abogados y lo defiendan a capa y espada.

Un acuerdo ha de ser coherente a las circunstancias sociofamiliares, proteger a toda la familia sin vulnerar los derechos de ningún miembro de tu familia (padre, madre e hijos). El sistema judicial actual no responde a las necesidades de la familia actual.

Con esta premisa en mente, la nueva etapa familiar se puede reorganizar y planificar a medida de cada familia.

Porque hay una realidad innegable. Un mal acuerdo, jamás se cumplirá por inviabilidad.

Cierto es que en casos concretos de gran conflictividad en que los acuerdos marcados y decididos por el juez son necesarios porque es la única forma de proteger a la familia.
Te hablo de situaciones muy excepcionales.

En definitiva, un acuerdo familiar bien reorganizado es una protección a la continuidad familiar.

Así que es más efectivo que el acuerdo del convenio regulador tras el divorcio/separación sea elaborado por los padres en lugar de que lo haga un abogado.

Te cuento por qué:

En primer lugar, cuando los padres participan de manera activa en la elaboración del convenio regulador, tienen la oportunidad de discutir y negociar sobre los aspectos relacionados con la custodia, visitas, pensión alimenticia y otros temas relevantes para sus hijos.

Esto permite que las decisiones se adapten mejor a las necesidades específicas de la familia, en lugar de depender de un tercero que puede no comprender completamente la dinámica familiar y las circunstancias individuales.

Además, cuando los padres participan en la elaboración del convenio regulador, están más comprometidos con su cumplimiento. Al haber sido parte activa en el proceso de toma de decisiones, es más probable que se sientan responsables de respetar los acuerdos establecidos, lo que puede conducir a una mayor cooperación y menos conflictos a largo plazo.

Otro beneficio es que el proceso de elaboración conjunta del acuerdo fomenta la comunicación y el trabajo en equipo entre los padres, incluso en medio de la separación o el divorcio. Esto puede sentar las bases para una relación parental más saludable en el futuro, lo que es fundamental para el bienestar emocional de los hijos.

También, elaborar el acuerdo del convenio regulador de manera conjunta es más económico y rápido que recurrir a abogados y procesos judiciales prolongados.

Así, al evitar estos procesos judiciales innecesarios, los padres pueden ahorrar tiempo, dinero y estrés, y centrarse en construir una nueva dinámica familiar que funcione para todos.

Dicho esto, el abogado es una persona que debe estar a tu servicio para informarte y asesorarte, pero la última palabra la tienes tú y padre de tus hijos.

Por esto mismo, no me cansaré de visibilizar la importancia de que os sentéis a hablar y acordéis vosotros mismos vuestra nueva organización familiar para después tramitarla de forma jurídica, ahora sí, con un abogado.

Si te has sentido identificada con lo que has leído y tienes dudas o quieres evitar sufrir este tipo de discriminación, apúntate a esta masterclass en la que hablaré sobre 4 creencias arraigadas al proceso legal de separación, que te pueden perjudicar a ti y a tus hijos.

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¿Te sientes perdida y no sabes por dónde empezar ni qué poner en tu convenio regulador para vivir con paz mental tras la separación?

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