Si estás empezando a reorganizar vuestra vida porque la decisión de la ruptura está tomada y te estás preguntando: ¿qué tipo de custodia es mejor?
Es normal que, en este momento, te surjan muchas dudas sobre cómo reorganizar los cuidados de vuestros hijos.
No porque sea complicado, sino porque cada decisión toca lo que más os importa: vuestros hijos
Y porque detrás de cada decisión sobre los niños sobre:
• Quién los cuida,
• cómo se reorganiza la vida familiar,
• qué incluye en el papel dicha reorganización (lo que desde el sistema legal se conoce como custodia o plan parental).
Hay miedo, incertidumbre, y, sobre todo, la necesidad de hacerlo bien.
Si has pasado por la primera visita con tu abogado, probablemente te dijeron algo como esto:
• Custodia compartida: os dividís el tiempo de cuidados.
• Custodia exclusiva o alterna: los niños están la mayor parte del tiempo con uno solo o por periodos.
Como si una etiqueta pudiera definir lo que significa criar y cuidar a un hijo.
Como si bastara con repartir el tiempo, y no con asumir la responsabilidad real que implica ser padres.
Pero ¿y si el verdadero problema no estuviera en los días asignados, sino no en la falta de una visión de crianza conjunta como padres tras la separación?
En este vídeo te comparto por qué yo no defiendo ningún tipo de custodia, y por qué lo que realmente importa es cómo se adaptan y qué sienten tus hijos cuando os ven atravesar un proceso que, para ellos, implica veros como personas individuales… Y al mismo tiempo, como sus padres.
Antes de ver el vídeo, quiero dejarte tres preguntas que pueden ayudarte a mirar este tema desde otra perspectiva.
Son preguntas que quizá no te habías planteado… pero que te ayudarán a tomar decisiones que realmente protejan a tus hijos.
1. ¿Qué significa proteger de verdad a un niño cuando sus padres deciden dejar de convivir?
Significa que, aunque la relación de pareja termine, la interacción como padres se mantenga cordial, colaborativa y respetuosa para garantizar que tu/s hijo/s no tengan que elegir, adaptarse sin comprender o sentirse solo entre dos mundos que no se hablan.
2. ¿Qué errores cometemos sin darnos cuenta cuando nos centramos solo en los porcentajes?
Pensamos en “igualdad” como repartir tiempo, y no como estar disponibles y presentes desde el rol de padres. El error es creer que un reparto exacto asegura bienestar, cuando lo que los niños necesitan es coherencia, comunicación entre adultos y una sensación clara de hogar, aunque vivan entre dos casas.
¿Qué preguntas necesitamos hacernos antes de decidir cómo organizarnos?
• ¿Cómo es nuestra vida cotidiana?
• ¿De qué manera podríamos organizarnos para que los niños tengan los menos cambios posibles?
• ¿Qué necesitamos cada uno de nosotros ahora? Y los niños, según su edad y etapa evolutiva, ¿qué les daría más tranquilidad y les facilitaría la adaptación?
Responder con honestidad a estas preguntas vale más que cualquier fórmula estándar.
En el video respondo a los comentarios que han surgido en redes tras publicar un Reel de este tema.
Porque cuando abrimos este tipo de conversaciones… es normal que se despierten dudas, miedos y también heridas.
Este vídeo no pretende convencerte, sino invitarte a pensar desde otro lugar.
Porque al final, esto no va de ti.
Ni de mí.
Va de ellos.
Mira el vídeo completo aquí abajo y cuéntame qué te ha hecho reflexionar.
Si este tema te remueve y quieres hacerlo bien desde el principio, he preparado una masterclass gratuita que puede ayudarte: Ver la masterclass gratuita sobre cómo organizarte tras la separación
Aprovecho este momento para compartir 3 preguntas que más me hacen cuando hablamos de custodia tras una separación:
1. ¿Qué tipo de custodia es mejor para los niños?
La mejor custodia no es la que más aparece en las sentencias, sino la que se adapta de verdad a lo que tus hijos necesitan. Eso solo se consigue observándolos, escuchándolos y construyendo una organización familiar realista, respetuosa y basada en vuestra vida cotidiana.
2. ¿Custodia compartida o exclusiva? ¿Qué diferencia hay?
La custodia compartida se centra más en repartir responsabilidad de crianza y educación de los hijos.
En cambio, en la exclusiva, la responsabilidad recae en uno solo de los padres, muchas veces por una creencia muy extendida y dañina: «Si no hay custodia compartida, entonces la responsabilidad de criar y educar es solo de quien pasa más tiempo con el niño.»
Pero más allá de eso, lo más importante es si hay un proyecto común de crianza o no.
Puedes tener custodia compartida y vivir dos mundos paralelos… o custodia exclusiva con un padre implicado y presente.
Por eso, no es solo una cuestión legal: es una elección vital y de responsabilidad como padres.
3. ¿Qué errores suelen cometerse al decidir el tipo de custodia?
Uno de los más frecuentes es pensar que el problema está en el reparto del tiempo.
Pero si no hay visión conjunta, si cada casa funciona con normas opuestas o hay conflicto entre los adultos, los niños pueden sentirse perdidos, sin un lugar claro al que llamar hogar.
Y eso también deja huella.