5 errores al crear el convenio regulador y cómo evitarlos

5 ERRORES QUE COMETEN LOS PADRES AL REALIZAR EL CONVENIO REGULADOR

Sé que este momento es complicado para ti y tu familia. Probablemente, sientes que estás intentando resolver un rompecabezas sin tener todas las piezas a la vista. Hay días en los que la preocupación, el miedo y la incertidumbre parecen no darte tregua.

Y ahí estás tú, tratando de tomar las mejores decisiones posibles, dudando en cada paso porque temes equivocarte. A la vez, haces todo lo que puedes para mantener la calma y proteger a tus hijos. Créeme, sé exactamente cómo te sientes. En 2007, me tocó estar donde tú estás hoy. Además, desde 2011 acompaño a padres que, como tú, se enfrentan a reorganizar su familia tras una ruptura.

Quiero que reflexiones sobre esto: el convenio regulador no es solo un trámite legal que tienes que presentar en el juzgado. Lo que ocurre en el juzgado es oficializar el cambio en tu estado civil, pero la verdadera ruptura se vive en vuestro día a día y, sobre todo, en la rutina de tus hijos.

El mundo tal como lo conocían cambia radicalmente, y toca reorganizarlo todo para que ellos puedan seguir teniendo la familia que siempre quisiste para ellos. ¿Estoy en lo cierto?

Por eso, el acuerdo compartido para criar y educar a vuestros hijos es esencial. Este acuerdo no es solo un papel lleno de normas; es la guía que os permitirá seguir siendo los padres que vuestros hijos necesitan a pesar de vivir en casas diferentes.

Cuando los padres actuamos como un equipo, aunque la pareja se haya roto, los niños tienen muchas más posibilidades de crecer seguros y felices.

¿Sabías que los niños cuyos padres mantienen una colaboración sólida tienen menos probabilidades de desarrollar problemas de actitud?

Esto no lo digo solo yo; Unaf (unión de asociaciones familiar) y el Observatorio de la Infancia en España lo respalda, y también es algo que veo cada día en mi trabajo como Terapeuta Social Familiar con padres separados.

El problema viene cuando tratamos el convenio regulador como un simple formulario legal. La Asociación Española de Pediatría lo deja claro: los acuerdos parentales deben ser flexibles y adaptarse a las necesidades cambiantes de los niños. Si no se hace así, los conflictos aumentan y el bienestar de los pequeños se ve afectado.

LA PRIORIDAD DE LOS PADRES TRAS LA SEPARACIÓN ES EL BIENESTAR DE SUS HIJOS

Por eso, en este post quiero ayudarte a evitar los errores más comunes al crear un convenio regulador. Mi objetivo es que puedas construir un acuerdo que realmente funcione para todos y que tus hijos vivan esta etapa de la mejor manera posible.

La importancia de un convenio regulador que proteja el bienestar de tus Hijos

Cuando piensas en el convenio regulador, quizás lo primero que te viene a la mente es que es un documento formal que se presenta ante el juzgado o un trámite que hay que hacer para poner fin a la relación.

Pero ¿alguna vez te has detenido a reflexionar sobre lo que realmente significa para tus hijos?

Un convenio regulador no es solo un papel con cláusulas legales; es la guía que va a definir cómo será su día a día, su estabilidad y su percepción de la familia.

Un acuerdo que solo cubre lo legal puede ser funcional para los padres, pero deja un vacío emocional en los hijos. Por eso, el convenio debe ir más allá de lo práctico. Tiene que ser una herramienta que fomente un entorno donde los niños puedan sentirse seguros, comprendidos y, sobre todo, acompañados.

Recuerda que la ruptura no solo cambia tu vida como adulto; Transforma también por completa la rutina y la seguridad de tus hijos. Un buen convenio regulador no solo establece normas y horarios; construye un puente entre dos hogares para que tus hijos sigan sintiendo que tienen una familia, aunque sus padres ya no vivan bajo el mismo techo.

H3: Elementos esenciales para el bienestar de tus Hijos

Cuando hablo de proteger el bienestar de los niños, no me refiero solo a incluir cláusulas específicas en el acuerdo, sino de garantizar que puedan crecer en un ambiente que les brinde estabilidad, amor y coherencia.

A mi entender hay algunos elementos clave que todo convenio regulador ha de incluir:

1. Estabilidad emocional: La prioridad debe ser crear un entorno donde los niños puedan expresarse, entender los cambios y sentir que ambos padres están presentes. Esto incluye prever tiempos de calidad con cada uno y manejar los conflictos de manera respetuosa, sin involucrarlos.

2. Horarios claros y respetados:
Las rutinas diarias como horarios de comida, actividades escolares y tiempo de descanso son esenciales para que los niños perciban cierta normalidad en medio del cambio. Tener estos horarios bien definidos e intentar que en los dos hogares sean lo más similares posible les brinda seguridad.

3. Flexibilidad: Los niños crecen, sus necesidades cambian y las circunstancias de los padres también. Incluir cláusulas que permitan que revisar y ajustar el convenio cada cierto tiempo es clave para evitar conflictos futuros.

4. Un enfoque en el equipo como padres: Más allá de las diferencias, transmitir a los niños que ambos padres trabajan juntos por su bienestar es fundamental. Esto les ayuda a sentir que, aunque las cosas han cambiado, siguen siendo una familia.

En resumen, un convenio regulador bien definido es la base para reorganizar tu vida familiar y garantizar que tus hijos crezcan rodeados de estabilidad y amor. Al dedicar tiempo y reflexión en su creación, no solo estarás cumpliendo con lo legal, estarás construyendo el futuro que tus hijos necesitan para desarrollarse como personas.

5 Errores comunes que ponen en riesgo el equilibrio familiar y cómo evitarlos

Antes de entrar en detalle sobre los errores más comunes al crear el convenio regulador, quiero compartir contigo un video breve en el que hablo de uno de los fallos que más veo y cómo puedes evitarlo. Es algo que puede tener un impacto positivo en tu día a día y aportar tranquilidad tanto a ti como a tus hijos

Primer error. Dejar en manos del abogado el acuerdo

Es común pensar que el abogado debe encargarse de todo el convenio regulador. Sin embargo, delegar completamente este proceso puede ser uno de los errores más perjudiciales.

¿Por qué? Porque nadie conoce mejor las necesidades de tus hijos y las dinámicas de tu familia que tú mismo.

Cuando el convenio regulador se limita a un documento estrictamente legal, muchas veces no refleja la realidad emocional y práctica del día a día familiar.

El papel fundamental del abogado es proteger los derechos legales de los padres y garantizar que estos se respeten. Además, el abogado actúa como defensor en caso de que los intereses de una de las partes se vean vulnerados.

Sin embargo, cuando se delega todo en el abogado, se corre el riesgo de que el convenio regulador se enfoque únicamente en términos legales Esto puede llevar a conflictos futuros y, peor aún, a que las necesidades de tus hijos no sean atendidas. Como destaco en el vídeo, Evita sufrimiento con un Plan Parental, un convenio planificado por los padres, considerando las particularidades de la familia, puede ahorrar sufrimiento a los hijos y reducir conflictos a largo plazo.

Por otro lado, en el artículo Cómo lograr un buen convenio regulador para evitar problemas, incido también en que un acuerdo bien elaborado ayuda a que los padres tengan claridad en las decisiones importantes y facilita la adaptación de los niños al nuevo entorno familiar.

Cómo evitar este error:

1. En lugar de delegar todo al abogado, involúcrate en el proceso.

2. Complementar el trabajo del abogado con un terapeuta especializado es clave para que te ayude a construir acuerdos que no solo sean legales, sino también prácticos y alineados con el bienestar de tus hijos.

3. Ver el convenio como un mapa de vida diaria. Más allá de ser un documento legal, el convenio debe servir como una guía para reorganizar la dinámica familiar tras la separación, protegiendo tanto tu bienestar como el de tus hijos.

Piensa en el abogado como un guardián de tus derechos, pero no como el arquitecto principal del futuro de tu familia. Tú eres quien conoce mejor a tus hijos y sus necesidades.

Usa el convenio regulador como una oportunidad para construir un entorno familiar que refleje vuestra realidad familiar y se amolde a vuestras circunstancias haciendo la vida sencilla.

 Segundo Error. Construir un convenio inflexible

Un convenio inflexible puede convertirse en una barrera para la convivencia familiar porque los niños crecen, sus intereses y necesidades cambian, y las dinámicas familiares evolucionan con el tiempo y pueden surgir un cambio de circunstancias en el que sea preciso ajustar el acuerdo (recuerda que la vida familiar de padres separados también es cíclica al igual que la tradicional y no lineal como se plantea desde la perspectiva legal).

Un acuerdo rígido causa tensiones cuando las circunstancias cambian y los padres carecen de margen para adaptarse. Además, los niños pasan por diferentes etapas a medida que crecen, lo que sus necesidades de custodia y convivencia también se transforman.

Cómo evitar este error:

1. Incluye cláusulas de flexibilidad: Asegúrate de que el convenio contemple la posibilidad de ajustes basados en eventos predecibles, como cambios en la edad, necesidades educativas o actividades extracurriculares de los niños.
Por ejemplo, puedes definir que las rutinas de custodia sean revisadas cuando los niños entren a la adolescencia. Aquí siempre es aconsejable que el terapeuta se vaya guiando porque las necesidades de un niño de 3 son distintas al de 7 o al de 13.
2. Establece revisiones periódicas: Planifica revisiones anuales o bienales del convenio. Esto permite evaluar si los acuerdos siguen siendo adecuados para la familia. Puedes hacerlo mediante reuniones conjuntas con un mediador o terapeuta familiar para mantener un diálogo constructivo.
3. Busca asesoramiento especializado: Trabaja con profesionales que entiendan cómo mantener la flexibilidad del convenio sin comprometer la estabilidad. Un terapeuta social familiar, por ejemplo, puede ayudarte a prever escenarios futuros y a redactar acuerdos que protejan el bienestar emocional de tus hijos.
4. Acuerda un sistema para solucionar las diferencias: Van a surgir diferencias entre vosotros porque cada uno tiene unas creencias y un estilo de criar y educar a vuestros y tendréis que buscar la mejor opción posible a la situación dada. Si cuentas con habilidades de comunicación igual entre vosotros lo podéis solventar. Pero, si no es así, entonces ¿qué harás?

Ejemplo práctico: Imagina que uno de tus hijos comienza a participar en actividades deportivas que afectan el horario de visitas del otro. Un convenio flexible permitiría hacer ajustes temporales para que ambos padres puedan apoyar al niño sin alterar su rutina diaria, y así cubrir esa necesidad importante para vuestro hijo.

Tercer error. No considerar el impacto emocional en los hijos

Otro error que veo con frecuencia es asumir que los hijos simplemente se adaptarán a los cambios sin tener en cuenta cómo se sienten o cómo perciben las decisiones que tomamos los padres.

Al fin y al cabo, aunque somos los adultos quienes tomamos las decisiones finales, escuchar y hacer partícipes a los niños en el proceso de creación del acuerdo les ayuda a aceptar y a adaptase a los cambios porque cuando las emociones y necesidades de los niños son tenidas en cuenta, se sienten más seguros y menos confundidos frente a la nueva dinámica familiar.

Cuando los niños no se sienten escuchados, pueden interpretar que sus opiniones no importan o que las decisiones son impuestas sin considerar sus necesidades y opiniones. Esto suele generar frustración, resentimiento e incluso dificultades para adaptarse a los cambios.

Aunque el convenio regulador lo definimos los padres, no incluir la perspectiva de los niños puede dar lugar a acuerdos que no se ajusten a su realidad emocional.

Cómo evitarlo:

• Escucha activa: Según la edad de tus hijos, pregúntales cómo están viviendo la situación. A veces, algo tan sencillo como preguntarles: “¿Cómo te sientes con los cambios que estamos haciendo?” o “¿Hay algo que te gustaría que tuvieran en cuenta papá y mamá?” les hace sentir que son parte importante del proceso.

• Hazlos partícipes: Esto no significa que ellos tengan la última palabra, pero incluir sus necesidades y emociones en el diseño del acuerdo puede ayudarlos a sentirse más seguros. Por ejemplo, si ellos expresan que prefieren pasar ciertos días específicos con un padre por una actividad especial, intenta ajustarlo si es posible.

• Diseña acuerdos que prioricen su estabilidad emocional: El objetivo no es solo cumplir con lo legal, sino también crear un entorno donde los niños perciban que, aunque haya dos casas, ambos padres trabajan como un equipo priorizando su bienestar.

Transmitir a tus hijos que su voz importa, les ayuda a adaptarse y les das tranquilidad. Como padres, tenemos la responsabilidad de cuidar no solo lo práctico, sino también su mundo emocional.

 Cuarto error. Mala o ausencia de comunicación entre los padres

La falta de comunicación con tu expareja es como caminar en un puente roto. Cada palabra no dicha, cada malentendido no aclarado, puede convertirse en una grieta más que dificulte la relación como padres. Esto genera tensiones, conflictos innecesarios y, lo peor de todo, afecta directamente a tus niños, que perciben ese ambiente de hostilidad o desconexión.

Cómo evitarlo:

1. Comunicación basada en el respeto mutuo:

Aprende a expresar tus necesidades y emociones de manera clara, sin atacar ni culpar al otro.

Por ejemplo, en lugar de decir «Nunca haces nada bien», podrías decir: «Creo que sería útil encontrar una forma de coordinar mejor los horarios». Esto abre el diálogo sin levantar defensas.

2. Usa herramientas prácticas:
Las plantillas de mensajes escritos y diarios de emociones pueden ser tus mejores aliados. Antes de cualquier conversación, reflexiona sobre lo que realmente quieres decir y cómo puedes comunicarlo de manera efectiva.

3. Enfócate en los temas importantes:

Deja a un lado los reproches y céntrate en buscar soluciones. Por ejemplo, si surge un desacuerdo sobre el calendario de visitas, en lugar de señalar fallos pasados, pon el foco en encontrar una alternativa que funcione para todos.

Recuerda: Tú comunicación con tu expareja no ha de ser perfecta, pero sí funcional y orientada al bienestar de tus hijos.

Una buena relación como padres basada en el respeto mutuo tiene un impacto positivo en tus hijos porque les transmites que a pesar de las dificultades sois capaces de enfrentar la situación respetándoos como personas. Ellos os imitarán.

 Quinto error. Obviar el día a día tras finalizar el trámite legal

Muchas veces creemos que, al finalizar el proceso legal, lo más complicado ya ha quedado atrás.

Aunque la realidad es que la verdadera reorganización familiar empieza cuando has de implementar el acuerdo en el día a día. Las rutinas diarias no son solo importantes, son esenciales, tanto para los niños como para los padres. No planificar cómo se gestionarán puede derivar en caos, frustración y, en muchos casos, conflictos innecesarios.

Este es, de hecho, uno de los errores que hace que más del 80% de los hijos de padres separados perciban que están llevando vidas paralelas, generando en ellos un sentimiento de desconexión y desarraigo familiar.

Por ello, es importante en el acuerdo definir bien cómo actuar en situaciones inesperadas, como una enfermedad, un cambio de horarios de trabajo o incluso emergencias escolares.

Sin un plan claro, estas circunstancias pueden convertirse en fuentes de estrés continuo para todos, especialmente para tus niños, quienes más necesitan estabilidad y consistencia durante esta etapa de cambio.

Cómo evitar este error:

• Establece rutinas claras y realistas: Define horarios específicos para actividades escolares, extraescolares, y tiempo libre, teniendo en cuenta las necesidades de todos los miembros de la familia. Esto ayuda a crear una estructura diaria que aporta tranquilidad y previsibilidad.

• Crea un plan para imprevistos: Habla con tu expareja cómo gestionareis situaciones inesperadas, como enfermedades, cambios de horario laboral o emergencias. Tener un acuerdo previo evitará discusiones en momentos de estrés.

• Trabaja en una visión conjunta como padres: Acuerda cómo será la convivencia en dos hogares, priorizando siempre la estabilidad emocional y práctica de los niños. Por ejemplo, coordina la comunicación entre ambos para mantener la consistencia en reglas y valores familiares.

• Revisa y adapta el acuerdo periódicamente: A medida que los niños crecen, sus necesidades cambian. Asegúrate de actualizar las disposiciones del acuerdo regularmente para que sigan siendo prácticas y beneficiosas.

Recuerda, el objetivo no es solo cumplir con el convenio legal, sino construir una vida cotidiana donde tus hijos sientan que, aunque tengan dos hogares, tienen una familia sólida y presente. Esto reduce tu estrés como madre o padres, y proporciona a tus hijos la estabilidad que necesitan para crecer felices.

Por ahora, llegamos al final de esta conversación.

Espero que este artículo te haya ayudado a ver el convenio regulador como mucho más que un simple trámite legal. Es una oportunidad para reorganizar tu vida familiar de la mejor manera posible tras la separación, siempre protegiendo el bienestar emocional de tus hijos y asegurándoles una estabilidad que les permita crecer felices.

Ahora ya conoces los errores más comunes que has de intentar evitar y cómo cada decisión que tomes influirá directamente en la felicidad y estabilidad de tus hijos. Recuerda, construir un acuerdo sólido hoy es una inversión en su bienestar mañana. Hoy por ti, mañana por nuestros hijos.

Si sientes que necesitas ayuda para tomar las decisiones correctas, estoy aquí para ayudarte.

Te invito a mantener una conversación gratuita, donde podamos valorar tu situación y ver juntos las mejores opciones para proteger a tus hijos y reorganizar tu familia.

Haz clic aquí para reservar tu cita y dar el primer paso hacia una nueva etapa con tranquilidad y seguridad.

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